Siempre os decimos que hay que beber agua continuamente, mantenerse hidratado y disponer de recursos en todo momento para ingerir el líquido suficiente. Sin embargo, existe un trastorno alimentario definido como el deseo de beber grandes cantidades de agua —normalmente, aunque pueden ser otros líquidos— que se denomina potomanía.

Se trata de una ingesta masiva de líquido (entre 8 y 10 litros) que puede resultar perjudicial para la salud, ya que se produce sin tener la sensación de sed y de manera compulsiva. Los síntomas son numerosos y muy variados: desde calambres, agotamiento o incluso pérdida de agilidad mental. Las consecuencias pueden desembocar en insuficiencias o alteraciones renales, cefaleas, convulsiones, náuseas, parálisis, insuficiencia cardíaca congestiva, letargia, y en casos excesivamente graves, coma o hasta muerte.

¿Por qué se produce la potomanía?

Existen varios posibles factores. Puede ser una alteración en el mecanismo de funcionamiento del hipotálamo, que es la región cerebral responsable de que se mantenga la cantidad de agua adecuada en nuestro organismo y de emitir la señal de sed.

Aunque los expertos coinciden en que suele estar relacionado con problemas psicológicos o desórdenes de la personalidad. Algunas razones se derivan de la información recibida de medios o comentarios y que están mal gestionada por los afectados, como escuchar reiteradamente que el agua embellece o que es la fuente de la eterna juventud, que ayuda a adelgazar o a dejar de fumar.

Otros factores vienen de enfermedades renales crónicas, diabetes, anorexia nerviosa o el uso de algunos medicamentos.

Para evitar cualquier riesgo, ante la aparición de los síntomas descritos, lo mejor es acudir a un especialista.