Estamos acostumbrados a escuchar y leer (¡y hasta decir!) que nuestro cerebro nos dice que tenemos que beber agua cuando nuestro cuerpo detecta una baja concentración de líquidos en la sangre.
Pero, ¿Cómo se produce la sed?
Un nuevo estudio de la Universidad de California en San Francisco (UCSF, por sus siglas en inglés) rompe con esta visión actual de la regulación de la sed que hemos descrito y nos explica cómo se produce la sed. La investigación, presentada en la revista Nature, enuncia que las neuronas predicen la sed antes de su aparición. Las células del cerebro son capaces de predecir los efectos hidratantes del consumo de bebidas antes del cambio en la composición de la corriente sanguínea por falta de líquidos.
«Las neuronas de la sed pueden predecir cómo va a cambiar la osmolaridad de la sangre en decenas de minutos en el futuro, después de que la comida o el agua haya sido absorbida»
Existen células especializadas que predicen los efectos hidratantes del consumo de bebidas mucho antes de que la falta de líquidos cambie la composición de la sangre. Y es que, según las observaciones realizadas durante el estudio en ratones, la conducta de beber se regula demasiado rápido para ser controlada por la composición de la sangre directamente. El descubrimiento rompe así con esta visión de la regulación de la sed que se da cuando se detectan cambios en la concentración de la sangre.
El modelo aceptado hasta la aparición de este estudio aseguraba que el órgano subfornical, que desempaña un papel esencial en la regulación de la sed, controlaba directamente la osmolaridad y el volumen en sangre. La nueva investigación sugiere que dicho órgano debe estar también conectado a sensores en la boca y la garganta que detectan rápidamente el consumo de alimentos y agua.
Una vez más, nuestro cerebro nos demuestra que tiene los mecanismos adecuados para advertir a nuestro cuerpo de lo que debemos hacer para no sufrir los efectos de la deshidratación. La sed es uno de estos mecanismos, que prevé los cambios que pueden producirse en la sangre.
Ante la sed, lo que podemos hacer es ingerir líquidos. Preferiblemente agua. Pero si eres de las personas que ven poco apetecible el agua y les cuesta beber la cantidad de agua recomendada, te aconsejamos equipar tu vivienda con una fuente de agua fría y caliente. De este modo podrás elegir su temperatura y la tendrás más a mano que nunca.
Fotografía: unsplash.com