Ya hemos hablado en algunas ocasiones de los indiscutibles beneficios del agua para la salud. Pero el agua es mucho más: también es belleza. Es estética, ya que reúne una serie de propiedades que ayudan a la piel, nos ayuda a bajar peso y nos da un mayor rendimiento y, por lo tanto, mejores condiciones físicas.
Ayuda a la piel porque es el humectante por excelencia, ya que fortalece sus células. Otorga a la piel de mayor elasticidad y retrasa la formación de arrugas. Además, ayuda a prevenir y disminuir la aparición de acné debido a la eliminación de toxinas y desechos. Todo esto se refleja en el brillo y la suavidad de la piel y otros tejidos como el cabello.
¿Por qué bajamos peso? Ya sabemos que beber agua reduce el apetito, pero además beber agua fría nos ayuda a absorber calorías del cuerpo. Al disminuir la temperatura del cuerpo, este genera calor, y la forma que tiene de hacerlo es quemando grasa. No es la solución ideal para perder peso ya que se trata de una cantidad no muy significativa, pero puede ayudar a nuestra dieta. Por último, el hígado cumple la función de convertir la grasa en energía en vez de almacenarla.
Asimismo, el agua disminuye el riesgo de tener celulitis y varices porque una adecuada hidratación mejora la circulación sanguínea y esto permite una correcta oxigenación de los tejidos.
Y mejora la condición y el rendimiento físico porque lubrica las articulaciones, mejora la resistencia de los músculos y ligamentos y evita la molestia de flacidez de la piel.