En Aguafría disponemos de un servicio de mantenimiento y limpieza para cualquier tipo de dispensador de agua y, ante cualquier necesidad de nuestros clientes, nos hacemos cargo con la mayor celeridad posible.
No obstante, nunca está de más saber cómo limpiar un dispensador de agua de forma casera. Y es muy sencillo si seguimos estos pasos.
8 pasos para limpiar un dispensador de agua
- Una vez que hayamos retirado el bidón de agua, lo primero que debemos hacer es vaciar el propio dispensador, que almacena cierta cantidad de agua en su interior.
- A continuación, tenemos que desconectar el dispensador de la corriente eléctrica y asegurarnos de que la zona esté completamente seca, para evitar cualquier accidente.
- En este caso, vamos a utilizar una pequeña cantidad de vinagre —también es posible utilizar lejía o un detergente adecuado para desinfectar mejor, aunque para ello hay que extremar las precauciones— en agua para limpiar el dispensador. La solución ideal es de 1/3 de vinagre blanco por cada 2/3 de agua. Podemos utilizar también jugo de limón para suavizar el olor del vinagre.
- Con una esponja humedecida en la solución, limpiamos el interior del dispensador y lo dejamos reposar unos minutos. A continuación, lo aclaramos con abundante agua para que no queden restos de vinagre.
- También limpiaremos la bandeja de goteo retirándola, frotando tanto la bandeja como la superficie que se encuentra debajo. Secamos bien la superficie para que no quede nada de humedad en los espacios.
- A continuación, volveremos a colocar el bidón. Previamente, podremos haber limpiado también este con un trapo.
- Para limpiarlo por fuera bastará con un trapo y un jabón. No es recomendable utilizar productos que contengan lejía o cloro. Asimismo, debemos estar atentos a limpiarlo ocasionalmente por la parte trasera, sacudiéndole el polvo que pueda acumularse.
- No debemos dejar nunca el dispensador sin botella, ya que puede entrar el polvo.
¿Cada cuanto tiempo debemos limpiar un dispensador de agua?
De forma rutinaria aproximadamente cada 3 o 4 meses aunque en algunos casos podamos acortar estos ciclos debido a las condiciones higiénicas del lugar o el entorno.
Como hemos repetido en multitud de ocasiones, ya sabéis que lo ideal siempre es contar con un profesional si podemos disponer de él. En Aguafría, tenemos profesionales a vuestro servicio para gestionar cualquier necesidad derivada de las fuentes o dispensadores de agua.