El agua es vital para la vida de los humanos, los animales, las plantas… y cualquier ser vivo en general. De ahí que las fuentes de agua hayan ocupado siempre un lugar protagonista en las poblaciones.
Historia de las fuentes de agua
El origen de la fuente se encuentra en la Edad Antigua, momento en el cual solía situarse en el centro de las plazas. Esta ubicación hizo que sirviera como lugar de reunión de los habitantes de cada ciudad. En aquellos tiempos, dicho artilugio servía para dar de beber al ganado, a los ciudadanos y para uso casero.
Poco a poco su importancia se fue haciendo evidente incluso en su estética. La historia de las fuentes de agua tiene su momento cumbre en el Renacimiento, una época en la que los artistas se percataron de la relevancia de la que gozaban y se disputaban con fervor el encargo de diseñarlas. Desde entonces estas construcciones se convirtieron en mucho más que un objeto funcional: pasaron a ser esculturas y piezas de incalculable valor artístico. Baste citar la Fontana de Trevi, considerada la fuente más hermosa del mundo. Decenas de este tipo de construcciones han perdurado a lo largo de los siglos como Patrimonio de la Humanidad.
Actualmente, se puede diferenciar entre las fuentes meramente estéticas, ubicadas en el centro histórico de las ciudades, y las fuentes funcionales o fuentes de exterior de agua potable , que se sitúan en lugares más austeros.
Otras curiosidades sobre las fuentes de agua
¿Sabes, asimismo, que soñar con fuentes se interpreta como afán de vida? Es una de las curiosidades que giran en torno a ellas, entendidas como manantiales creados por el hombre para encauzar el agua, símbolo de vida y felicidad. De este modo, las fuentes cumplen la función básica de suministrar agua, pero son al mismo tiempo obras que perduran a lo largo de la historia por su belleza y por su uso básico como lugar de encuentro.